Quinto Día - Novena a Jesús Buen Pastor
Oración Inicial:
Mi Señor, mi Buen Pastor, acudimos a ti como ovejas de tu rebaño. Conoces nuestras dolencias y sufrimientos que por el camino de la vida hemos encontrado. Muchas veces por nuestro pecado, otras veces por las situaciones que debemos enfrentar. Por eso, con fe te pedimos: sana nuestras heridas y fortalece nuestras debilidades. Tú, Buen Pastor, nos has cargado sobre tus hombros en tantas situaciones y nosotros nos hemos confiado a tu cuidado amoroso, apacienta a tu pueblo Señor, apacienta con ternura a tu pueblo Señor. Así, con esperanza te ofrecemos esta novena y la petición de cada día porque sabemos que contigo nada nos faltará. Que seas Tú quien nos guíe y tu Madre quien nos proteja. Amén.
Lectura bíblica
Mateo 11, 25 – 30
"En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»"
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor, Jesús.
Meditación: Jesús es mi pastor, nada me faltará.
Podríamos pensar que nos encontramos en una época de cambio y también en un cambio de época. Hoy el ser humano tiene tantas propuestas cuantas búsquedas le asaltan su libertad, por lo cual, la fatiga entre la variedad de cambios y caminos a escoger saturan su mente y corazón. Cristo es directo: vengan a mí los que están fatigados y sobrecargados. El descanso que nos da nuestro Buen Pastor, es aquel que un niño necesita en medio de sus exigencias escolares; un joven cuando no tiene claro su proyecto de vida; un adulto en medio de las puertas que se cierran por la falta de oportunidades: un anciano después de haber entregado todo a su familia y vivir en soledad.
No obstante, es importante que también reconozcamos cómo muchos hermanos están fatigados y cansados por la enfermedad que llevan. Él Señor quiere acompañarlos y son objeto de su misericordia. Si atraviesas por una enfermedad tan solo acude a Él. Si conoces a alguien que está atravesando por una crisis en su salud ponlo a los pies del Buen Pastor y una vez más dile: Jesús tú eres mi pastor, nada me faltará.
Compromiso: Visita una persona que se encuentra enferma y llévale un mercado o una ofrenda económica.
Gozos:
Estribillo:
Eres mi pastor, oh Señor;
nada me faltará si me llevas Tú.
En tus verdes campiñas me hiciste reposar;
y en tus límpidas aguas mi sed quiero calmar.
Senderos de justicia trazaste para mí;
ellos son el camino para llegar a ti.
Preparas un banquete frente a los que me odian;
la mesa está ya lista la copa se desborda.
Bondad, misericordia me siguen por doquier;
habite yo en tu casa por los siglos. Amén.
Oración final
Mi Jesús, mi Buen Pastor, vela con solicitud las ovejas que rescataste con tu Sangre preciosa, defiéndelas de los peligros que la rodean y amenazan. Pero, sobre todo, quédate con las que sufren y con las agonizantes. Señor, contigo nada nos faltará, acoge también la petición que con humildad presento con gran necesidad (en un momento de silencio presenta tu oración a Jesús Buen Pastor). Infinitas gracias te doy Pastor de mi alma, paciente y obediente espero la guía de tu cayado para llegar a los pastos seguros de tu corazón.
Amén.