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Tercer Día - Novena a Jesús Buen Pastor

Oración Inicial:

Mi Señor, mi Buen Pastor, acudimos a ti como ovejas de tu rebaño. Conoces nuestras dolencias y sufrimientos que por el camino de la vida hemos encontrado. Muchas veces por nuestro pecado, otras veces por las situaciones que debemos enfrentar. Por eso, con fe te pedimos: sana nuestras heridas y fortalece nuestras debilidades. Tú, Buen Pastor, nos has cargado sobre tus hombros en tantas situaciones y nosotros nos hemos confiado a tu cuidado amoroso, apacienta a tu pueblo Señor, apacienta con ternura a tu pueblo Señor. Así, con esperanza te ofrecemos esta novena y la petición de cada día porque sabemos que contigo nada nos faltará. Que seas Tú quien nos guíe y tu Madre quien nos proteja. Amén.

Lectura bíblica

Isaías 49, 8 – 15

"Así dice Yahveh: En tiempo favorable te escucharé, y en día nefasto te asistiré. Yo te formé y te he destinado a ser alianza del pueblo, para levantar la tierra, para repartir las heredades desoladas, para decir a los presos: «Salid», y a los que están en tinieblas: «Mostraos». Por los caminos pacerán y en todos los calveros tendrán pasto. No tendrán hambre ni sed, ni les dará el bochorno ni el sol, pues el que tiene piedad de ellos los conducirá, y a manantiales de agua los guiará. Convertiré todos mis montes en caminos, y mis calzadas serán levantadas. Mira: Estos vienen de lejos, esos otros del norte y del oeste, y aquéllos de la tierra de Sinim. ¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra! Prorrumpan los montes en gritos de alegría, pues Yahveh ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido. Pero dice Sión: «Yahveh me ha abandonado, el Señor me ha olvidado.» - ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido."

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

Meditación: Jesús Buen Pastor consuela y guía a su pueblo.

Actualmente pasamos por diferentes crisis en el mundo: cambio climático, desempleo, pandemias, corrupción y otros que afectan la estabilidad y progreso de instituciones al servicio de la dignidad humana. Sin embargo, la peor crisis por la cual atravesamos es la pérdida de Dios en nuestros corazones, lo cual ha llevado a la humanidad buscar otros ídolos doblegando su conducta, memoria, voluntad y libertad a aquello que solo le hace infeliz.

Esta crisis tiene nombre propio: pecado. De muchos modos el pecado lastima las ovejas de Cristo signadas desde el bautismo y rescatadas con el precio de su sangre; el pecado extravía, aturde, enceguece, endurece el corazón, nos hace ver como enemigos y por último nos lleva a la muerte. Cristo como Buen Pastor con su cayado solo viene a consolar de la desolación que causa este pecado y la crisis en la pérdida de sentido, por lo cual, solo ha de resonar una pregunta en nuestro corazón: ¿de qué pecado necesitas que Cristo Buen Pastor te rescate?

Compromiso: como fruto de la oración piadosa de esta novena busca el sacramento de la Confesión.

 

Gozos:

Estribillo:

Eres mi pastor, oh Señor;

nada me faltará si me llevas Tú.

En tus verdes campiñas me hiciste reposar;

y en tus límpidas aguas mi sed quiero calmar.

 

Senderos de justicia trazaste para mí;

ellos son el camino para llegar a ti.

 

Preparas un banquete frente a los que me odian;

la mesa está ya lista la copa se desborda.

 

Bondad, misericordia me siguen por doquier;

habite yo en tu casa por los siglos. Amén.

 

Oración final

Mi Jesús, mi Buen Pastor, vela con solicitud las ovejas que rescataste con tu Sangre preciosa, defiéndelas de los peligros que la rodean y amenazan. Pero, sobre todo, quédate con las que sufren y con las agonizantes. Señor, contigo nada nos faltará, acoge también la petición que con humildad presento con gran necesidad (en un momento de silencio presenta tu oración a Jesús Buen Pastor). Infinitas gracias te doy Pastor de mi alma, paciente y obediente espero la guía de tu cayado para llegar a los pastos seguros de tu corazón.

Amén.